Elisabeth Martínez
- Psicoterapeuta -
Terapia breve y Asesoría Psicológica
Especialidad en gestión de estrés
Neuroeducación
Wingwave®
EL COMPROMISO
EMOCIONAL
¿Qué es el compromiso emocional?
Es otra variable que marca la rigidez de un modelo. Es el compromiso emocional que le hayamos asignado a la información cuando la percibimos por primera vez. Es el grado con que una emoción se asocia a un estímulo. Cuando un estímulo es percibido por nuestros sentidos, recorre un camino por nuestro cerebro que, antes de llegar al área donde se analiza la información de forma objetiva -los lóbulos prefrontales-, pasa por la amígdala, donde el estímulo es evaluado por las fuerzas placer-dolor, produciendo una emoción asociada a la evaluación.
Por ejemplo, si la primera vez que nos acercamos a un perro, éste, nos muerde y lo interpretamos como una agresión, nuestra amígdala evaluará la experiencia como peligrosa y se producirán unos procesos bioquímicos que llamamos emociones y que se relacionarán con el estímulo, como por ejemplo: susto, miedo o aversión. Dependiendo del dolor y demás circunstancias que rodeen a nuestra experiencia, así será el grado en que dichas emociones se asociarán al estímulo y por lo tanto el compromiso emocional con que se grabará en nuestra memoria. Luego nuestro cerebro lógico ordenará la información, registrando que los perros desconocidos muerden, o incluso puede generalizar, registrando que todos los perros son peligrosos.
Estos bloques de información tienen una estructura que conforma un modelo mental o creencia a la que se va asociando nueva información, pero manteniendo la misma estructura lógica. Si continuamos con el ejemplo del perro, cuando veamos otro perro no nos acercaremos a él, porque “los perros muerden” y la estructura de la red se reafirmará y fortalecerá. Un proceso similar se produce con todo aprendizaje que vamos adquiriendo a lo largo de nuestra vida.
Desde el punto de vista fisiológico de nuestro cerebro, se suele relacionar el pensamiento creativo con el hemisferio derecho del mismo y el pensamiento lógico con el hemisferio izquierdo y esto tiene una firme base en el hecho de que el hemisferio derecho está totalmente relacionado con la imaginación y la imaginación podríamos decir que es la base de la creatividad, por lo que podríamos decir que el hemisferio derecho es la zona crítica de nuestro cerebro, relacionada con la creatividad y la imaginación y su estimulación nos permitirá desarrollar el pensamiento creativo de una forma más fluida. Sin embargo nunca debemos olvidar que nuestro cerebro trabaja como “un todo” en red y que no podemos reducir una función tan importante a una zona limitada y específica del mismo. El pensamiento lógico es complementario del pensamiento creativo, ya que una vez generada una idea es necesario dotarla de una estructura lógica para poder desarrollarla.
Muchas personas adultas creen que no son creativas, porque su capacidad para romper los modelos mentales actúa solamente de forma implícita o inconsciente, haciendo que dicha actuación sea muy pobre en la mayoría de los casos. Ahora bien, una vez conocido el funcionamiento de nuestro cerebro, es posible buscar técnicas que estimulen la imaginación y la creatividad, de forma que podamos usar estas capacidades de forma consciente y explícita y con el tiempo sistematizar el pensamiento creativo.
La creatividad consiste justamente en desafiar o producir cambios en las estructuras lógicas de estas redes neurales o modelos mentales, mediante la imaginación. Sólo una vez rotas esas estructuras, la información nueva podrá dar lugar a un nuevo modelo nunca antes pensado.